martes, 10 de agosto de 2010

Verano 2010

Los rusos han padecido un nuevo record, desde hace 130 años no se ha registrado una temperatura de 38,2 ºC en Moscú. En el otro extremo, Pakistán ha sufrido inundaciones que nunca antes habían tenido tal amplitud geográfica.

Nos encontramos, en ambos casos, ante una situación sin precedentes, la sucesión de eventos extremos y la aceleración de registros de esos eventos. Pareciera que se cumplen las proyecciones del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC). Sin embargo quizás es demasiado pronto para tal afirmación. Ya lo dice el profesor Watson (investigador de la Royal Society y docente del Universidad de East Anglia, Inglaterra) que los sucesos observados este verano "son totalmente coherentes con los informes del IPCC y con lo que el 99% de los científicos cree que ocurrirá". Añade, además, "estoy casi seguro de que el aumento en la frecuencia de este tipo de veranos desde hace 20 o 30 años está ligado al cambio climático. Sin embargo, uno no se puede basar en un solo acontecimiento o un solo verano, porque el cambio climático se mide sobre la media de una década".

Valientes las declaraciones del profesor Watson, y en este mundo de incrédulos no deben caer en el vacío. La prueba documental ya de por si es suficiente para que los políticos, tomadores de decisiones globales, no consideren el asunto a la ligera y no repitamos más el amargo papel de Copenhague. De lo contrario, como siempre, los pobres del mundo seguirán pagando los platos rotos.



Foto EFE