Ahora, luego de atendida la fase primaria y de un balance de las pérdidas, que desafortunadamente incluye más de una veintena de vidas humanas, el país se prepara a hacerle frente a la recuperación. Para ello, según los cálculos oficiales, se requiere de $330 millones. Obviamente esa suma representa un impacto económico muy importante para el país ya que no se cuenta con esa cantidad de dólares. El faltante para infraestructura es de $182 millones, el resto saldrá del presupuesto nacional y de un préstamo del Banco Mundial.
El país no puede ser omiso cuando 177 kilómetros de vías nacionales están inservibles, otros 788 kilómetros deben ser reparados, unas 3392 viviendas fueron dañadas y 672 de ellas con pérdida total y cerca de 5500 pequeños agricultores perdieron todas sus cosechas.
No, no se puede ser omiso y el dinero para la recuperación debe obtenerse de una forma u otra para paliar las secuelas del desastre, que como otras tantas veces nos ha heredado el ser omisos en la fase de prevención.
El país no puede ser omiso cuando 177 kilómetros de vías nacionales están inservibles, otros 788 kilómetros deben ser reparados, unas 3392 viviendas fueron dañadas y 672 de ellas con pérdida total y cerca de 5500 pequeños agricultores perdieron todas sus cosechas.
No, no se puede ser omiso y el dinero para la recuperación debe obtenerse de una forma u otra para paliar las secuelas del desastre, que como otras tantas veces nos ha heredado el ser omisos en la fase de prevención.