martes, 30 de octubre de 2012

Atlas Mundial del Clima

Mientras la tormenta Sandy se paseaba a lo largo de la costa este de los Estados Unidos, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Meteorológica Mundial (OMM) presentaban el primer "Atlas Mundial del Clima". (Vaya paradoja para uno de los gobiernos que se ha negado a apoyar los esfuerzos para mitigar los efectos del cambio climático).
Dicho informe señala que, en algunos lugares, la incidencia de enfermedades como malaria, dengue, meningitis y cólera puede multiplicarse por más de 100 entre una estación y otra, así como variar de manera considerable de un año a otro.
Por otra parte, las olas de calor que normalmente se registran cada 20 años podrían suceder en promedio cada dos a cinco años a mediados del presente siglo.
Asimismo, factores como la pobreza y la falta de acceso a agua potable empeoran la situación de los países en desarrollo.
En este sentido, la colaboración entre los organismos de salud pública y los especialistas en meteorología es vital, lo cual ya rinde los primeros frutos, en zonas como Bangladesh, gracias a la capacitación y a los sistemas de alerta temprana.
Esta alianza que apenas inicia, parece ser muy prometedora, por esa razón, esta semana, Ginebra, Suiza, es la sede de una reunión de especialistas en ambos temas para trazar acuerdos.
“La prevención y la preparación son el núcleo de la salud pública. La información sobre la variabilidad del clima y el cambio climático es para nosotros un instrumento científico de enorme ayuda”, dijo en un comunicado de prensa Margaret Chan, directora de la OMS.
Michel Jarraud, director de la OMM, es de la misma opinión:
“El refuerzo de la cooperación entre los profesionales de la meteorología y de la salud es fundamental para garantizar la incorporación de información actualizada, precisa y pertinente sobre el tiempo y el clima en la gestión de la salud pública”. 
La importancia radica en que si las agencias del sistema de la ONU coordinan los esfuerzos entre si, ya no habría excusa de las economías mundiales para negarse a apoyar esos procesos en pro de la salud del planeta... nuestra casa.