
Esta foto, de la zona norte de Costa Rica expone una de las prácticas comunes de las llamadas ecodesarrolladoras; de capital externo, en este caso de origen holandés; cuyo modus operandi consiste en quemar bosque secundario autóctono para sembrar especies exóticas maderables. Aquí el asunto es mero mercantilismo. No importa la biodiversidad, el entorno natural, ni siquiera el efecto sobre el clima. Si la óptica es esa, en los foros ambientalistas internacionales entonces... de qué hablamos?